Cada noche antes de irme a dormir, al correr las cortinas suelo mirar un poco por el balcón.
Vivo en un principal y justo delante de mi balcón, está la farola del alumbrado público que es la que me obliga a correr las cortinas, porque si no estoy " iluminada" toda la noche.
Pues bien, durante tres días tanto al acostarme como al levantarme y justo en la bombilla de la farola y hasta unos veinte cm. he podido contemplar una maravillosa tela de araña. Perfecta. Con una precisión y una tesitura que para si quisieran muchos dibujantes. Parecía realmente un tejido de tisú, fabricado para alguna princesa de cuento de hadas. Los hilos tensos, como planchados por algún profesional y el diámetro si se hubiera podido medir todo redondo por igual. Una preciosidad.
Hoy ya no estaba. Que efímera es la vida de una araña.... Pero aun así se esfuerzan en hacer las cosas perfectas.
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